Mi primera chamba…

Había estado pensando que me encantaría que me pagaran por algún objeto hecho con mis manitas. Ya lo había experimentado antes de cierto modo; porque las ilustraciones que elaboro técnicamente las hice con mis manitas. Pero por ser una cuestión digital no lo siento tan tangible. A mí me gusta mucho los objetos que son elaborados con ingenio, paciencia, amor y pulcritud; y yo he fantaseado con tener un taller donde elaboro algo bello y que a la gente le encanta. Entonces estoy en la búsqueda de aquello que pueda hacer muy bien, disfrute elaborándolo y me cobije con muchos billetes.

Hace poco más de un mes aquél deseo se manifestó y una amiga me llamó para saber si podía hacerme cargo de unas letras para decorar el patio donde se celebraría una ceremonia para despedir a los niños de 6to de primaria. Una graduación pues; y yo dije que sí; que nunca había hecho eso pero que yo encontraba forma de darle algo bonito. Al final terminé un día antes del evento y el resultado aunque a varios les gustó. No fue lo que esperaba.

  • La compra del material me fue simple; encontré lo que buscaba con gran facilidad y con precios realmente bajos. Así que la aventura de conseguir proveedores de papel, cartón, tela y adhesivos fue muy grata. Ahora conozco dónde comprar el material de mis siguientes proyectos.
  • La habilidad para resolver. No encontré ningún tutorial para hacer letras de estas dimensiones (1m. x 50cm.) así que seguí mis instintos creativos y conseguí armar las letras con prácticamente un pliego de ca cartón por letra.

También descubrí una nueva fórmula para hacer un excelente engrudo, con el cual empapelé y reforcé las letras. Ahora sé como adherir mis estampas de papel por las calles.

Almacenaje: Es una de las cosas que es importante resaltar. Es crucial conocer las condiciones y los cuidados que requieren ciertos almacenajes. Pensar la cantidad de espacio que se requiere y si el material se puede arruinar si no se seca correctamente, si se empalma o humedece ó se golpea, etc. En éste caso de cartonería, me di cuenta que el secado del material es importante para que las letras no se deformen.

El clima: En el Área donde pensaba almacenar las letras existían filtraciones de humedad por lo que el secado deformó la letra «G» y la letra «M»

La decoración: En mi cabeza la cosa se veía muy diferente. Había prometido colores neutros como blanco, hueso, beige y dorado. Pero con los materiales que conseguí terminé haciendo una gama tonal distinta donde en lugar de dorado puse cobre y en lugar de beige agregué rosa pálido. La verdad es que me dejé llevar porque generalmente resuelvo sobre la marcha (y más cuando en realidad no tengo idea de lo que estoy haciendo). Generalmente resuelvo bien y no tengo ningún problema. Anteriormente había elaborado una calabaza como «mascara» de halloween y salió muy bien improvisándolo TODO.

Entonces sólo dejé que la decoración saliera de la misma forma y creí que como siempre triunfaría…. y no fue así.

… Al final quedó algo así como un estilo rococó; que pudo haber dado más con unas cuantas luces para alguna escena nocturna. Ahora que lo veo, para el día definitivamente habría hecho algo muy distinto. Pero bueno; así fue como me pagaron por aprender a hacer letras. Mi próximo proyecto será mejor.

El valor de lo hecho a mano.

Desde que recuerdo; elaborar cosas con mis propias manos me ha parecido una actividad muy divertida. Mi hiperfoco se activa de tal forma que deja de existir el tiempo y sólo fluyo. Mi mente da instrucciones y mis manos dan forma a aquello que imaginé. No tengo hambre, no tengo frío, no estoy cansada, no pienso en otra cosa más allá de terminar lo que comencé y de terminarlo bien.

Por algún motivo dejé de crear cosas por el simple hecho de creer que eso no era «profesional». Creí que todo aquello que hacemos «deber tener una función clara» todo debe de «servir», si no, estás perdiendo el tiempo en algo poco productivo. Así que; aunque siempre he creado, me limitaba a crear sólo aquello que me retribuyera económicamente; olvidándome así de que el proceso de crear también me hacía feliz.

Ahora que sé que significa la palabra servir y qué mis prioridades han cambiado, me doy cuenta que abandonar aquello que me hace feliz por seguir ideologías que ni siquiera eran mías es una enorme traición a lo que yo soy; y más aún cuando puedo asegurar de que tengo el privilegio de la creación con belleza porque ciertamente mis creaciones suelen tener simpatizantes.

He documentado muy poco de lo que he hecho a lo largo de este tiempo aventurándome con técnicas y materiales que no manejo del todo; porque como buena amateur que soy, sólo experimento e improviso en el camino y nunca sé cuál será el resultado. Pero he decidido que eso será diferente desde ahora. Tengo un proyecto en puerta y no sólo estoy emocionada por realizarlo; recibí un pago por ello y jamás he hecho algo así. Que te paguen por aprender siempre es una bendición.

Estoy orgullosa de Laura por emprender en todo aquello que le llama la atención. Creo que es una gran forma de auto-conocerte como artista.